miércoles, 19 de agosto de 2015

Borges a escena, Patricia Hart, "transmutante"

Las manos, enfrentadas como en un espejo y su reflejo.

Convocada por 'El Museo del Libro y de la Lengua' en la Biblioteca Nacional para integrar el Ciclo 'Literatura y Teatro', 2015, con su espectáculo 'Borges a Escena', en el Auditorio David Viñas, Patricia Hart se destaca, no sólo por el rol que ha ejercido en áreas de arte escénico, sino como Directora, Dramaturga, Docente y Productora, Escritora de cuentos y poesía, entre los que destaca su actividad de Investigadora del Teatro y las Neurociencias y Artista Plástica; relación innovadora en la que abre un campo de exploración el arte y las neurociencias.

Con 'Borges a Escena', una obra notable con textos de Jorge Luis Borges, recorre, desde hace más de 12 años los diferentes escenarios argentinos y extranjeros.

'Borges a Escena' es un unipersonal en el que la actriz toma la voz de personajes de Borges, decir que se está ante una personificación, es disminuir la calidad de esta obra, en la que la carnadura materializa los personajes, les pone voz, pero sobre todo, gestualidad.

Uno puede ver y sentir la magia, el arte de Patricia Hart para convertirse en los personajes, puede ver la escena, y hasta construir el entorno, aunque con un escenario mínimo, donde luces y sombras como el marco, un espacio imaginario donde se multiplican los espejos, emergen laberintos, y el infinito crece bajo el atributo de la mirada de Patricia Hart que como un colector de almas nos absorbe, nos introduce en las historias, de estos textos, Los espejos y los espejos velados, La casa de Asterión, Juan Muraña; mientras ser uno y otros, o varios al mismo tiempo, es uno de los temas recurrentes en la obra de Borges, vemos la transfiguración de Patricia Hart en acción de los temas fundamentales del autor, podemos asistir a la simultaneidad en escena.

El pasaje de un personaje a otro será parte de la mística que sobrevuela este espectáculo en donde la actriz ha desaparecido para reencarnarse en el ser uno y otro y otro más, dejando una inquietud entre el traspaso de identidades que estremece al espectador.

Entre otras consustanciaciones entre obra y literatura, la puesta en escena de esta propuesta se resignifica cada vez, inagotable como la misma obra de Borges.

Pecando del exceso de admiración que me provoca esta obra, a la que he visto en sus otros formatos, cuando incluía Emma Zunz; la obra desarrolla una transversalidad panteísta, una concepción filosófica en la que podemos ver personajes de Borges y Patricia Hart, equivalentes, con la naturalidad de representación en un espacio, ahora universal, del escenario.

Cualquier acercamiento a los personajes de Borges será parcial; en el entresijo de las palabras aparece una dimensión de sentido que nos lleva a otro, y así, el diálogo entre textos se hace natural, sin embargo, para el que se deja caer en los juegos de Borges aprende a disfrutar de las sorpresas en que cae nuestro imaginario en cada lectura; la puesta de Patricia Hart te involucra en esos juegos con el cuerpo, la voz, los sonidos, y sobre todo, la extraordinaria transfiguración que sufre su propia persona, donde su mirada, la real, la de la misma Patricia Hart en el espejo y su reflejo, Juan Muraña, el Minotauro, es como el hilo de Ariadna invertido, introduciéndote en el laberinto.

Esta obra ha sido presentada en decenas de escenarios nacionales e internacionales, y no sólo mejora en su impacto sino que regenera la magia cada vez, siendo esta la tercera vez en mi haber, no dejo de recomendarla, no sólo a los amantes de Borges, que encontrarán un texto fiel y un estímulo para releer, sino para los que no lo conocen demasiado, en donde encontrarán un motivo para leerlo.

Patricia Hart, está dirigiendo grupos de estudio, investigación y formación de alumnos, con una propuesta original que incluye el estudio de neurociencias como recurso aplicados al teatro; no sólo de interés para actores, educadores, Coordinadores de grupos de trabajo actoral, Maestros, profesores, doctores en psiquiatría, Biólogos, Musicoterapeutas, Psicólogos, sociólogos, antropólogos, y para cualquiera que desarrollo actividades artísticos o educativos, dicta conferencias y coordina jornadas de Aprendizaje, Educación y Neurociencias.

Estos fueron mi comentarios en el año 2013, cuando vi esta obra por primera vez, el placer de ver esta obra no sólo no ha disminuido por saber con qué me encontraría, sino por el contrario, tengo la seguridad que querré volver a verla cuando tenga el privilegio de vera representada nuevamente: Borges a Escena, 2013.

Ficha técnica:

Textos: 'Los espejos velados', 'El espejo', 'Juan Muraña' y 'La casa de Asterión' de Jorge Luis Borges

Adaptación Dramática y Actuación: Patricia Hart

Escenografía, Diseño de luces y Asistencia de Dirección: Marcos Garín (en la foto, con Patricia Hart)

Vestuario: Silvina González

Prensa y comunicación: Mónica Rosati.

Diseño Musical, Puesta en Escena y Dirección General: Patricia Hart

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Ana Abregú.

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Autor:AnaAbregu

lunes, 17 de agosto de 2015

Escenas o escenarios

Marcelo Amar se llamaba. Vendía sus poemas, en libros pagados por sí mismo en la Feria del Libro. Algunos lo conocíamos, llevaba un sombrero a Galera y a veces una corbata moñito, era muy joven, tendría unos 20 años; para alentarlo, ayudarlo y un poco romper la hegemonía de las empresas que sólo por tener medios pueden vender en la Feria del Libro, le comprábamos los libros.
El primero que le compré, le dije: Poné asi: 'recuerdo de nuestro encuentro -aqui el año-', que no coloco porque no lo recuerdo, mientras agrego: un día, le dije, tocádome la panza, cuando Juancito me pregunte quién era el padre, podré mostrarle este libro. Sonreí dando cuenta que era broma.
El escribió algo así: *Recuerdo del encuentro en la Feria del libro, -aqui el año-, con motivo de la compra de este libro, ...etc...
Una larga frase que dejaba en claro que no había relación sentimental, sino una transacción comercial.
Me reí, pero él no tuvo la perspicacia ni el humor para comprender la broma, siguió muy serio y circunspecto, con esa expresión que a veces talla la mirada de los poetas, ajena a la línea temporal del presente.
Sin embargo, lo vi al año siguiente, nos reconocimos, nos saludamos, le compré otro libro.
Luego no volví a verlo. Pero era tan conocido, y por esa época había otros que hacían lo mismo, es decir, vender a manos su propios libros como para ver si podían vencer al sistema, me enteré que había muerto. Nadie supo decirme de qué, ni qué pasó. Ni siquiera recuerdo quién me informó.
Pero hoy, arreglando mi biblioteca, aprovechando el silencio del feriado, descubro que no tengo los libros que le compré, o se traspapelaron de una manera que desconozco.
Y de repente, tuve la tremenda sensación que podían pasar otras cosas, que Marcelo Amar no existió, que mi memoria colocó un texto en mi realidad, que fue una fantasía, que alguna vez tuve una vida paralela de la que no queda rastro, todas opciones más interesantes que la más devastadora de entre las opciones: que me hubieran afanado los libros y recién lo percibo; porque ello deja la puerta a los otros tantos que faltarán, que proveerán en su momento de algún recuerdo, que quizás, otra vez, empiece a circular por las mismas categorías, inexistente, inventado, robado.
Atrapada en el laberinto de los recuerdos, de las palabras, de los libros.

Licencia     Creative Commons
Este obra está bajo una Licencia Creative Commons Atribución-NoComercial-SinDerivadas 3.0 Unported.

Ana Abregú.

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Autor:Arcadia

Escenas o escenarios

Marcelo Amar se llamaba. Vendía sus poemas, en libros pagados por sí mismo en la Feria del Libro. Algunos lo conocíamos, llevaba un sombrero a Galera y a veces una corbata moñito, era muy joven, tendría unos 20 años; para alentarlo, ayudarlo y un poco romper la hegemonía de las empresas que sólo por tener medios pueden vender en la Feria del Libro, le comprábamos los libros.
El primero que le compré, le dije: Poné asi: 'recuerdo de nuestro encuentro -aqui el año-', que no coloco porque no lo recuerdo, mientras agrego: un día, le dije, tocádome la panza, cuando Juancito me pregunte quién era el padre, podré mostrarle este libro. Sonreí dando cuenta que era broma.
El escribió algo así: *Recuerdo del encuentro en la Feria del libro, -aqui el año-, con motivo de la compra de este libro, ...etc...
Una larga frase que dejaba en claro que no había relación sentimental, sino una transacción comercial.
Me reí, pero él no tuvo la perspicacia ni el humor para comprender la broma, siguió muy serio y circunspecto, con esa expresión que a veces talla la mirada de los poetas, ajena a la línea temporal del presente.
Sin embargo, lo vi al año siguiente, nos reconocimos, nos saludamos, le compré otro libro.
Luego no volví a verlo. Pero era tan conocido, y por esa época había otros que hacían lo mismo, es decir, vender a manos su propios libros como para ver si podían vencer al sistema, me enteré que había muerto. Nadie supo decirme de qué, ni qué pasó. Ni siquiera recuerdo quién me informó.
Pero hoy, arreglando mi biblioteca, aprovechando el silencio del feriado, descubro que no tengo los libros que le compré, o se traspapelaron de una manera que desconozco.
Y de repente, tuve la tremenda sensación que podían pasar otras cosas, que Marcelo Amar no existió, que mi memoria colocó un texto en mi realidad, que fue una fantasía, que alguna vez tuve una vida paralela de la que no queda rastro, todas opciones más interesantes que la más devastadora de entre las opciones: que me hubieran afanado los libros y recién lo percibo; porque ello deja la puerta a los otros tantos que faltarán, que proveerán en su momento de algún recuerdo, que quizás, otra vez, empiece a circular por las mismas categorías, inexistente, inventado, robado.
Atrapada en el laberinto de los recuerdos, de las palabras, de los libros.

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Autor:Arcadia

martes, 4 de agosto de 2015

Cuando el delito se convierte en aventura

Dani El Rojo, el verdadero. A veces el rostro verdadero en el entresijo de un Instante. Dani El Rojo, el personaje.
Dani El Rojo, un ladrón de Bancos español, es invitado fetiche, según dichos del Organizador de la BAN!, Ernesto Mallo, el Festival de la Buenos Aires Negra que se desarrolla en el Centro Cultural San Martín.
El personaje, como lo denomina el mismo Mayo, carismático, de presencia imponente, consecuente con la curiosidad que concita, suele exponer el imaginario que subyace en el público; el delito como aventura, con códigos.
Nos resulta atractivo que haya alguna forma de ir y volver del delito, transmutar el delito en acciones quijotescas, robar bancos - supuestamente, lo merecen-.
Estaremos en presencia de la creación del relato de aventuras en clave de reality, situaciones con las que nos entretenemos, borrándose la línea entre una vida tortuosa de drogas, cárceles, enfermedades y límites.
Dani El Rojo te hace creer que los finales felices son posibles, él mismo declara que está vivo por el amor de una mujer.
Si de hechos rigurosos trata, la consciencia de dejar de ser un delincuente, dejar de drogarse, tratarse seriamente el HIV, llega antes. Esto le permitió mirar en el entorno, encontrar a la mujer adecuada.
La frase que Dani deja caer consciente del efecto, 'Mientras ustedes los escritores tienen que investigar, yo sólo hago memoria', es el anzuelo con que de forma simple, dice sin decir, sobre lo que tratan sus textos.
En el límite entre novela y autobiografía, ambigüedad que implanta por la forma de referirse a sus relatos, Dani El Rojo viene a presentar sus libros.
No hay duda que cuenta con las simpatías del público, con un personalidad expansiva, nos cuenta que ya tiene varias novelas, que ha trabajado en películas, a veces como personaje, a veces como él mismo, con su nombre, Dani; y con la mera fórmula que todo participante de la BAN! conoce desde la primera edición /ésta es la IV-, tenemos un relato en primera persona y al personaje para realizar todas las preguntas que queramos, sacarnos las dudas, compartir un momento de risas, de asombro.
Lo que queda claro es que nadie tomaría a Dani El Rojo como un delincuente, alguien que pone en peligro el sistema, Dani roba Bancos; en un país lastimado por esa institución, en más de una ocasión, Dani es el héroe.
Le queda fácil las simpatías de un público que lo aplaude en cada presentación.
Ello no quita que se peculiar discurso, sello personal, haya encontrado la forma de contar su historia creando un clima de empatía, detrás de las palabras se adivina dolor, una vida de tropiezos, que le da primordial importancia a algo que al resto del público le parece cotidiano, 'yo no sabía si podía acomodarme a vivir de un trabajo'.
Las charlas de Dani El Rojo no pretenden ser apologías de delito, como siempre tiene que aclarar; un final feliz, de la naturaleza que nos está contando, es casi la estrategia de una buena novela de aventuras, su mejor versión.
La BAN!, en su cuarta edición, se desarrolla hasta el 8 de agosto en el Centro Cultural San Martin, Sarmiento 1551, sala C; desde las 16 hs, o 18 hs, según el día, hasta las 21 o 21:30.
Antes del comienzo, al organizador, el escritor Ernesto Mallo le gusta decir que hay una actividad ilícita, mirar una película que se puede ver un par de horas antes del comienzo del programa del día, en la misma sala.
El ingreso al Festival de la Buenos Aires Negra es gratis.

 

El encuentro ocurrió el 31 de Julio, más fotos del encuentro se pueden ver aquí:

https://www.facebook.com/media/set/?set=a.10153041368718861.1073741903.647548860&type=1&l=3de6f5ea2d

Los videos en Youtube, canal de Ana Abregú.

 

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Ana Abregú.
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Autor:AnaAbregu

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